El pasado 7 de febrero se dieron cita empresarios de la isla, autoridades municipales y estatales en el hotel Presidente Intercontinental Cozumel, con motivo de la conferencia “Retos empresariales para los próximos años” impartida por el Presidente Nacional de la Confederación Patronal de la República Mexicana quien, entre otras cosas, manifestó que concluido un sexenio colmado de alternativas de desarrollo desperdiciadas, tenemos un País con grandes oportunidades y enormes desafíos.
Ello requiere líderes íntegros, competentes y con visión, que asuman el compromiso de construir junto a la sociedad civil organizada, un México justo, próspero, incluyente y democrático.
Hay enormes retos.
Los niveles de violencia están en máximos históricos. El primer trimestre de la gestión del nuevo Gobierno Federal, ha sido el inicio de sexenio más violento en la historia del país, con 95 homicidios registrados diariamente.
Asimismo, la corrupción sigue siendo un lastre para el crecimiento de nuestro País. Al inicio de 2019 se dio a conocer que México cayó en el Índice de Percepción de la Corrupción realizado por Transparencia Internacional, ubicándose en el penoso lugar 138 de 180 naciones. De acuerdo con #Data Coparmex, el 38% de las empresas socias han experimentado un acto de corrupción en el último año. El panorama en este ámbito no es prometedor: 3 de cada 4 contratos asignados por el Gobierno Federal a partir de que inició el sexenio, se han otorgado mediante adjudicación directa.
La generación de empleo también presenta cifras desalentadoras. Durante el primer trimestre de 2019, se generaron 269 mil empleos formales, cifra que al ajustarse por estacionalidad, resulta en el peor trimestre en 6 años.
Dicha realidad seguirá impidiendo que podamos reducir la cifra de los mexicanos viviendo en pobreza. En la última medición del CONEVAL, más de 53 millones de personas viven en situación de pobreza en México.
La competitividad de nuestro país también está en juego. Según el Índice de Competitividad Global 2017–2018, México se encuentra en el lugar 62 de 137 países por la competitividad de su infraestructura, cinco lugares menos que el año pasado. En gran medida, la posición mexicana se debe a los altos costos logísticos del País: mientras en el ámbito global representan un 9% del PIB, en México representan el 23 por ciento del mismo producto.
A todo esto debemos agregar las medidas del Gobierno Federal que están debilitando nuestra democracia, generando aún más incertidumbre. Dan cuenta de ello, las acciones para vulnerar la independencia de los órganos autónomos como la CRE, la cancelación de obras de infraestructura de gran relevancia como el NAICM, la designación de un Fiscal General no independiente y cercano al Ejecutivo, así como la vulnerabilidad a la división de poderes y el federalismo, entre muchas otras.
En COPARMEX compartimos la convicción sobre la necesidad de un crecimiento más vigoroso, incluyente y sostenido para nuestro País, pero sabemos que esta meta no se logrará a menos de que se implemente un gran número de políticas públicas armónicas, planeadas detalladamente, y que se pongan en práctica de forma impecable.